jueves, 15 de octubre de 2015

Carta abierta a la Profesora Liliana Leslabay

Buenos Aires, octubre 2015

Carta abierta a la Profesora Liliana Leslabay



Querida Liliana; “Lili” para quienes sentimos por vos un afecto especial.
Ha llegado el día. El día que vos hace un par de años venís esperando con ansias, y el que muchxs otrxs no hubiéramos querido que llegara nunca, o al menos, no tan rápido.

Esta carta no pretende ser una despedida, porque de las personas queridas unx jamás se despide sólo modifica su frecuencia de contacto frecuente.
En lo personal quisiera decirte algo que siempre te he dicho: “Gracias”. Gracias por tu entrega, por tu vocación, por tu profesionalismo, por tu compromiso inclaudicable con la educación como derecho a la inclusión, y como militancia encendida de convicciones.

Nuestro encuentro en el Joaquín es relativamente joven. Nos conocimos en uno de los días más tristes para mí, cuando ambas coincidimos en el lugar en el cual “despedíamos” a Elisa Caruso. No voy a volver sobre el tema de la despedida, ya está claro que de ella tampoco nos hemos despedido. Sin embargo ese encuentro en el cual saludaba a quien supo ser mi maestra, fue ocasión para este otro con quien supo y sabe ser, además de una compañera íntegra, una MAESTRA.
De tu mano pude deconstruir muchos de mis prejuicios sobre las Ciencias De La Educación, y aprendí a apasionarme con ellas, como en su momento lo aprendí a hacer (de la mano de Elisa) con la Filosofía. Hoy me doy cuenta que la brecha que se había inscripto en mi imaginario, respondía más a mezquindades y personalismos, que a una cabal comprensión de la trama ideológica que hermana a la filosofía con la pedagogía. Y esa comprensión, sin dudas, te la debo.


Nuestro “querido Joaquín” ha sido el lugar en donde hemos podido compartir momentos de diverso color e intensidad, pero siempre atravesados por la adrenalina que motoriza a las personas que hacen todo con absoluta pasión. A tu lado aprendí a encantarme, y a desencantarme de esa imagen que representa para muchxs “El Joaquín”… Pude ver lo profundamente humano que era ese lugar idealizado de nuestra formación. He vivido, junto a vos, aciertos, desaciertos, lealtades y traiciones inesperadas, y he sabido que más allá de las miserias, lo único que nos sostiene son las convicciones y el amor incondicional por aquello en lo que se cree. Nos has dado tantas lecciones de lo que implica SER DOCENTE… que es como haber hecho la carrera de nuevo.

Seguramente no serán muchxs los que te hagan llegar sus palabras de afecto, gratitud y reconocimiento, pero lejos de sentir que es consecuencia de una magra cosecha, tal vez, sea un signo más de que en un mundo de apariencias, el que sale de la caverna siempre será apaleado en su retorno… Hoy, muchxs sentimos con tristeza tu alejamiento, pero festejamos haber tenido el honor y la dicha de haberte conocido. Siempre íntegra, siempre auténtica, siempre vos… pese a quien le pese, y pese a todo.


GRACIAS POR TANTO… QUERIDA MAESTRA!!!

Mk